martes, 8 de mayo de 2018

Deja Vu



Como dice el  Eclesiastés: «Lo que ha sido es lo que será; y lo que ha sido hecho es lo que se hará: y no hay nada nuevo bajo el sol».  “A Través de las épocas, el éxito ha sido de aquellos que perciben las necesidades públicas y saben satisfacerlas Shiller

Fuente: Historia La Argentina Contemporánea Editorial A-Z

Una de las medidas iniciales adoptadas por el gobierno militar en 1976 fue la apertura de la economía, es decir, la apertura del mercado interno a la competencia exterior. En primer lugar, se redujeron los, aranceles de  importación; esta medida sé ejecutó en un marco de atraso cambiarlo, cuyo efecto fue el abaratamiento de las mercaderías extranjeras, el cual generó el ingreso a la Argentina de una avalancha de productos importados.
En segundo lugar, el gobierno militar implemento una reforma financiera que liberalizó el sistema bancario (autorizando el funcionamiento de nuevos bancos e instituciones financieras) y el flujo de capitales. Esta medida se dio en un contexto mundial de gran abundancia de capitales líquidos en manos de los principales bancos estadounidenses y europeos. Una parte sustancial de esos capitales comenzó a ser prestada a los países periféricos, entre los que tuvieron un papel de gran importancia los dé-América latina, y, en particular, la Argentina. Comenzaba, de este modo, una etapa de alto endeudamiento externo para la Argentina.
El Plan Económico anunciado en abril del 76 tenía como prioridad favorecer el crecimiento industrial y agropecuario sin las trabas que representaban los reclamos sindicales. Debía contener la inflación, estimular la venida de capitales extranjeros, atacar el déficit fiscal y terminar con un aparato burocrático estatal sobredimensionado. Para este fin se colocó a todos los empleados público? en disponibilidad
Se sacaron los controles de precios y se redujeron las retenciones a las exportaciones y se inauguró el pedido de créditos a organismos internacionales: la Argentina recibió del FMI 400 millones de dólares. El slogan para los primeros meses de la dictadura fue: “achicar el Estado es agrandar la Nación”.
Los grandes grupos obtenían créditos pero no los invertían en la producción sino en la especulación. A su vez, la clase media se dedicó a invertir sus “pequeños” ahorros en las financieras, con tasas de interés altísimas, y a aprovechar el dólar barato para viajar al exterior y adquirir allí variedad de productos. Esa creciente influencia del capital financiero significó la instalación de numerosos bancos en el país, así como un importante proceso de concentración de, estos
En realidad esta primera etapa del plan económico constituía una puesta a punto de lo que vendría meses más tarde. El 1 de junio de 1977 la “ley de entidades financieras” libera el mercado de dinero y le da garantía estatal a todos los depósitos a plazo fijo. Con esta norma, si un banco quebraba, el Estado devolvía el dinero. Comenzó así la espectacular y tristemente célebre “bicicleta financiera”. La distorsión de este mecanismo hizo que las empresas tuvieran que endeudarse en el extranjero, ya que debieron pagar altas tasas para lograr financiación en el mercado local. Así, mientras los plazos fijos y las financieras se reprodujeron ferozmente, los que tomaron créditos hipotecarios durante esa época terminaron pagando tasas usurarias: el ejemplo fue la de la recordada circular 1050 del Banco Central, que determinó que miles de ahorristas terminaran pagando tasas siderales o que debieran entregarle sus viviendas al banco, ya que los intereses, fijados por un mercado de tasas que llegaron a más del 100 por ciento al año, tornaba impagables los préstamos.

Hasta aquí el Deja Vu ahora la actualidad. Yo reflexiono, que los argentinos estamos ante la falsa dicotomía de ir desde los extremos del populismo más irresponsable a los gobiernos conservadores que solo proponen destruir el estado.  Si te abrazas con los fondos buitres (fondos especulativos a los que ahora debemos llamar "Hold outs"(?¿) que siguen siendo buitres porque en paralelismo con estas aves carroñeras se  arrojan sobre las presas débiles enfermas o muertas) terminarás así con corridas bancarias y fuga de capitales (prestados encima) que todos pagamos. Si dormis con víboras te van a morder.
De toda crisis se puede salir reflexionando sobre las necesidades sociales y atendiendo las mismas. O con el salvajismo propio de los conservadores ultraortodoxos que sugieren más dureza fiscal, más ajustes, más costos sociales.  Es como si los médicos para terminar con una enfermedad grave propongan matar al paciente. Busquemos una hoja de ruta consensuada, dejemonos de bravatas demagógicas y de jugar a ser conservadores porongas como en los años treinta, unos y otros, todos, actuemos por primera vez en los últimos 88 años con inteligencia y solidaridad

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