lunes, 16 de abril de 2018

Lo que escapa al sentido común es muy posible.


Transcribo un fragmento de la nota publicada en La Nación de hoy. “Carrió  y la UCR cuestionan la suba de las tarifas y exigen cambio”  Claudio Jacquelin LA NACION 

No te equivoques, Aranguren no toma ninguna de estas medidas sin el apoyo y el impulso de Macri y sin que esto se hable en la mesa chica del Gobierno", le advirtió un ministro a este cronista la semana pasada.
En las reuniones con su gabinete y con sus aliados, Macri lo reafirma. "El problema de la Argentina es que a la gente le hicieron creer que se puede tener luz, gas y agua gratis y tiene que aprender que son bienes escasos y costosos y que hay que pagar lo que cuestan", se le ha escuchado decir al Presidente reiteradamente.
Algo similar fue lo que le retrucó a Cornejo cuando el radical cuestionó la política tarifaria. El gobernador mendocino había arrancado su encendida crítica con referencias a las demandas que recibe en su provincia, cuya economía está complicada por el atraso cambiario y el costo de la energía, que afecta a la producción agroindustrial. Macri ya había sido inflexible cuando visitó Mendoza y los viñateros reclamaron por las tarifas eléctricas: los despachó con la recomendación de que modifiquen la alimentación de los sistemas de riego. El ingeniero siempre le gana al político”

Huelgan las palabras, en este caso porque ya está todo dicho. La misma frase se la escuché al Periodista Majul hace casi dos años cuando los primeros aumentos de tarifas. El agregó algo sobre que si éramos pobres teníamos que darnos cuenta.  No lo cito al nombrado periodista en forma textual porque no lo recuerdo exactamente. Si el sentido de sus dichos, porque me impactaron de tal forma que no podía creer lo que escuchaba. 
Lo cito no de forma caprichosa  o por alguna forma de animosidad contra el mencionado periodista, sino para hacer ver que no son frases casuales sino  un profundo convencimiento por parte de la dirigencia del PRO. No esperemos de este gobierno, algo que se parezca a la mirada humanista sobre las cosas, son economistas fríos y calculadores a los que solo les interesan los fríos números.  Y que al mejor estilo de los viejos y nuevos conservadores,  se ensañan contra la clase media ( Sectores asalariados, ingresos fijos , pequeños empresarios de la industria o el comercio, cuentapropistas, profesionales etc) a la cual odian explicita o inconscientemente, por osar pretender la movilidad social.  Los sectores más altos de la pirámide de ingresos goza de todos los beneficios de esta administración y  las políticas que se instalan.  Los sectores más desprotegidos están cubiertos por paupérrimos pero políticamente eficientes planes sociales ( no únicamente el macrismo como conservadurismmo más  explícito, sino también el gobierno anterior como conservadurismo populista que dejó un 30% de Pobres). Si alguien recuerda aquello de: PAN Y CIRCO no es casual. Por eso yo decía hace casi dos años  que con estas políticas la única forma de llegar a la pobreza cero era sumergiendo a todos los pobres en la indigencia más abyecta. Y parece ser el camino reivindicado por el gobierno. No sea cosa que además de agua para tomar, bañarse o lavar la ropa, de electricidad para iluminarse en la oscuridad de la noche o refrigerar sus alimentos. O pecado mortal pretender tener un aire acondicionado, por no hablar del gas que derrocharan andando en patas y en cuero en sus casas durante el crudo invierno. Estas gentes pretendan, Educación de Calidad, Salud de calidad, Seguridad para las familias, Justicia pronta y para todos.

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