Toda esta semana escuché sobre el histórico debate Nixon-kennedy, al parecer el primero televisado y que fue aparentemente definitorio sobre el gusto del electorado estadounidense en esa oportunidad. Debo confesar que enter Scioli y Macri no se me ocurre quien asume el papel de quien ¿ Quién Nixon y quién Kennedy?.
Con estos antecedentes me senté frente al televisor a presenciar un hecho histórico, algo para contarle a mis nietos. Como el festejo multitudinario del mundial 78 en el monumento a la bandera, o los discursos de Raúl Alfonsin del 83, o el gol de Maradona a los ingleses. Tambien vi el descenso de Neill Amstrong a la Luna, el pequeño paso para el hombre, el gran paso para la humanidad. Lo vi correr a Ayrton, Prost y Schumacher. Y así muchas otras que ahora no se me ocurren pero que vale la pena guardarlas en la memoria, junto con los recuerdos íntimos de el pueblo, los abuelos, los padres y todo lo que atesoramos para la posteridad.
Así me senté frente al televisor... ¿Qué vi? ¿Que me dejó? Poco muy poco. Dos monólogos proselitistas impostados. Ninguna respuesta. Algúna que otra bravuconada de ambos sobre todo en la primera media hora, con adjetivaciones ofensivas incluidas. En definitiva nada o muy poco. Por eso será que el balotaje no es una elección sino solo una opción... Lástima esperaba más.
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